Nueva amenaza comercial de la administración Trump
El mandatario estadounidense, Donald Trump, anunció una posible elevación de impuestos a vehículos importados, buscando fortalecer la industria automotriz local. La medida, que se sustentaría en la sección 232 de la legislación comercial estadounidense, carece de fundamentos legales según expertos.
La declaración fue realizada durante un evento en el que se derogaron regulaciones ambientales en California relacionadas con la venta de automóviles a gasolina. Esta acción fue celebrada por sectores automotrices y energéticos que consideraban inadecuadas las restricciones originales.
“Podría subir ese arancel en un futuro no muy lejano. Cuanto más se suba, más probable es que construyan una planta aquí”, señaló el presidente, citando como ejemplo la inversión de 4 mil millones de dólares por parte de General Motors en su infraestructura nacional.
Impacto potencial en México y socios comerciales
Gerardo Tajonar, representante de ANIERM, advirtió sobre los efectos inmediatos que tendrían estas acciones en la economía mexicana. El sector automotriz, crucial para las exportaciones e inversión extranjera en México, enfrentaría mayores costos de comercialización que afectarían su competitividad global.
El analista Daniel Covarrubias destacó que esta política genera inestabilidad en las cadenas productivas regionales, señalando que “la amenaza arancelaria genera incertidumbre en las cadenas de valor integradas de América del Norte”. Además, criticó la eliminación de estándares ambientales en California por frenar el desarrollo tecnológico en movilidad eléctrica.
Cuestionamientos legales y comerciales
Jorge Molina, especialista en comercio internacional, cuestionó la legalidad de la medida, afirmando que “no se ha solicitado ninguna investigación que justifique estos aranceles”. Señaló que este enfoque repite estrategias previas utilizadas con acero y aluminio, que enfrentaron desafíos legales de múltiples países.
La amenaza llega semanas después de que Trump duplicara tarifas a metales básicos y mientras se acerca el plazo del 9 de julio para nuevas acciones comerciales. Países como Japón y Alemania ya negocian excepciones ante el potencial impacto en sus industrias clave.